📧info@afcomunicacion.com 📲 809-473-4541
Sala de Prensa

“Sólo un riesgo verdadero pone a prueba la realidad de una creencia.” C.S. Lewis

DIOS NO ESTÁ MUERTO, es el título de una interesante película en la que escuché la cita con la que inicio esta columna. Cita que encierra una profunda sabiduría. De la autoría del novelista C.S. Lewis, un ateo convertido al cristianismo, autor de famosos libros como Las Crónicas de Narnia, historia llevada al cine con gran éxito.

 

Vamos por la vida envueltos en la prisa, con tanto ruido interior y a nuestro alrededor, que limitamos nuestra capacidad de estar a solas. Hemos renunciado a nuestro tiempo para conectarnos con nosotros mismos, nuestros pensamientos, sentimientos y creencias. Nuestros valores se negocian con mayor facilidad y los mantenemos siempre y cuando no afecten nuestro estilo de vida o intereses.

 

Mucha gente lleva una doble vida. Exhiben una máscara de rectitud y moralidad que les queda grande.  Estar dispuestos a pagar el precio para mantener vivas nuestras creencias no está de moda. Es más fácil seguir la corriente. Es menos comprometedor conducirse de forma “políticamente correcta”. En nombre del “respeto a las libertades” se están cometiendo los mayores abusos contra los valores tradicionales.

 

La gente tiene miedo de expresar lo que piensa para no ser juzgados o afectar sus intereses. Instituciones como el matrimonio, están siendo violentadas. Estamos contaminando las mentes de nuestros niños y jóvenes, robando su inocencia a través del entretenimiento y mensajes de algunos medios de comunicación.

 

Existe una gran contradicción. En nombre del respeto estamos aceptando que nos irrespeten. En nombre de la libertad de expresión o de elección, aceptamos males mayores.  Asesinamos niños indefensos e irrespetamos su derecho de nacer. En nombre del mal llamado respeto a la diversidad de creencias, se está sacando a Dios de nuestras escuelas. La mentira está de moda. Cuando denunciamos lo incorrecto se nos acusa de intolerantes. ¿Qué está pasando? ¿Es la falta de amor? ¿Es el temor? ¿Es comodidad? ¿Hacia dónde vamos?

 

Hagamos un alto y busquemos en lo más íntimo de cada uno de nosotros lo bueno, lo verdadero, lo justo. Invoquemos nuestra valentía y llamemos a las cosas por su nombre. Si un espectáculo es una atentado a la moral, ¡denunciémoslo! Si una actividad se riñe con lo que es natural, ¡reconozcámoslo! Si una nación no nos respeta, ¡enfrentémosla!  Si tomar el camino incorrecto es más fácil, ¡resistámoslo!  Dios nos ayude a discernir y tomar decisiones apropiadas para construir un mejor futuro para las próximas generaciones.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *