“No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”
Nuevamente nos encontramos para compartir contigo un Sorbito de Esperanza, en esta ocasión tratamos sobre un tema de la vida, que nos ataca casi tan devastadoramente como un virus altamente dañino: la procrastinación o posposición, se trata de la acción o hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes y agradables.
Quién de nosotros no ha sufrido de esta enfermedad silenciosa, a veces, con efectos muy dañinos en el logro de nuestras metas en la vida. En otras palabras, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.
Con frecuencia, cuando algo nos causa cierto desagrado o requiere de algún esfuerzo, lo vamos posponiendo hasta el último momento.
Cuando llega el momento, deseamos hacer las cosas a toda prisa, sin la debida planificación y atención al detalle, resultando en un gran desacierto. O peor aún, sencillamente no hacemos nada y, por tanto, tenemos que sufrir las consecuencias negativas de nuestra falta de acción y compromiso.
Es así como algunas personas visitan el médico cuando ya es demasiado tarde, postergaron tanto el estudio que cuando lo realizaron el cáncer estaba muy avanzado.
Otras inician el proyecto que le había asignado el jefe prácticamente con la fecha encima, por lo que no tuvieron tiempo para manejar algunos imprevistos que se le presentaron; estudiantes que dejaron el proyecto asignado para el ultimo día y obtuvieron bajas calificaciones, nunca llevamos la dieta que comenzaría el “próximo lunes”, por lo que seguimos engrosando la cintura con las libras en exceso, podemos enumerar incontables historias de procrastinación que han llevado por rumbos indeseados a muchos de nuestros amigos, conocidos, seres queridos e incluso a nosotros mismos.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Voy a compartir consejos prácticos y sencillos que dan resultado. No te compliques mucho, organiza tu tiempo pero sin hacer agendas complicadas para que sea viable.
Primero, es cuestión de proponértelo, ahora mismo, toma tu celular, agenda o cualquier papel que tengas a la mano y lista todas las actividades que has postergado, ponle fecha y asegúrate de dedicarle un tiempo mínimo cada día hasta que las concluyas. Te ayudaría mucho si inicias por la tarea o proyecto que más te disgusta.
Aprovecha las herramientas que te ofrecen las agendas electrónicas para los recordatorios automáticos. No olvides borrar o cotejar cada actividad que vayas realizando para que veas tus avances acortando la lista, esta acción te generará un sentimiento agradable y, finalmente, no olvides premiarte con algo que te guste, no te castigues si tienes que empezar de nuevo, recuerda que depende de ti lograrlo.