Recientemente durante un interesante seminario organizado por la Red Dominicana de Microfinanzas, un expositor compartió el siguiente pensamiento que posiblemente lo hayan leído muchas veces:
Cada mañana, en el África, una gacela se despierta; sabe que deberá correr más rápido que el león, o éste la matará. Cada mañana en el África, un león se despierta; sabe que deberá correr más rápido que la gacela, o morirá de hambre. Cada mañana, cuando sale el sol, y no importa si eres un león o una gacela, mejor será que te pongas a correr”.
Este pensamiento ha continuado rebotando en mi mente y de alguna manera me ha hecho reflexionar de cuán retadora es la carrera diaria que tenemos que vivir las empresas y los asesores en comunicación para apoyar de forma efectiva a nuestros clientes.
Antes decíamos que el pez grande se comía al pequeño; luego comprendimos que más bien el pez rápido se comía al lento; pero ahora no solo tenemos que ser veloces, requerimos ser más creativos e innovadores para no ser devorados.
Es una certeza muy conocida en el mundo corporativo la necesidad de correr cada vez más rápido que la competencia, pero también tenemos que deslumbrar a nuestros clientes con propuestas creativas y, en especial, ser capaces de adaptarnos al cambio y, más aún, verlo como una verdadera fuente de motivación para innovar.
Las Relaciones Públicas continúan creándose un espacio en las organizaciones y en los consejos directivos, pero debe ser un lugar ganado en base a su capacidad para agregar un verdadero valor a las empresas. Necesitamos seguir evolucionando y comprender a nuestros clientes y su entorno.
En ese sentido, continúo comentándoles sobre mi reciente experiencia durante el pasado seminario, los conferencistas estaban realizando un excelente análisis de las perspectivas económicas de nuestro país y de la región, así como el potencial impacto en nuestra economía de decisiones internacionales, certezas conocidas y otras incógnitas absolutas de las que no tenemos control, que podrían determinar nuestro futuro.
Riesgos globales, económicos y ambientales que pueden detener o limitar el excelente crecimiento que ha mostrado la República Dominicana.
Aquí estoy yo, como economista “wannabe”, con pocas luces en la materia, pero con una alta sensibilidad en lo que concierne a los intereses de nuestros clientes. Esto último es lo que me motiva a compartir estas ideas con mis colegas pues para ganarnos un lugar en la mesa de nuestros clientes, debemos generar un impacto positivo cada vez mayor, contribuyendo con la permanencia de sus empresas.
Es decir, nosotros los estrategas de comunicación debemos comprender nuestro entorno, contribuir con planes adaptados a las demandas y necesidades actuales y futuras de nuestros clientes. Definitivamente la observación de las circunstancias, la investigación, el análisis de tendencias y la planeación son esenciales en la labor de un buen consultor.
Solo para citar un ejemplo, necesitamos comprender que la demografía cambia y, por tanto, es preciso diseñar estrategias y planes innovadores con una visión de futuro.
Actualmente, requerimos dimensionar que la participación de los milenials (generación Y) en la toma de decisiones representa un segmento de la población que está creciendo y ocupando puestos de mando.
Según Deloitte, en 2020 representarán 75% de la fuerza laboral del planeta. Se estima que el 42% de la población de Latinoamérica es generación Y, integrantes de una generación de nativos digitales, con gran aprecio por la interconexión y la inmediatez. Generación muy diferente a sus antecesores la generación X. Esto plantea la necesidad de una forma de comunicarse que integre grupos muy diferentes.
En ocasiones, todavía veo profesionales resistiéndose a las nuevas tendencias de la comunicación digital. Para hablar con grupos numerosos de consumidores no existe prácticamente otro canal más efectivo, menos costoso y rápido. Sin embargo, considerando el ruido y la diversificación de canales a través del mundo digital, tenemos que avanzar con propuestas cada vez más atractivas y diferenciadoras, discernir cuál es el más apropiado según los objetivos y los públicos.
Sin embargo, consideramos que al final el mundo digital, aunque de amplio alcance, es un canal, que lo realmente importante es la sustancia, el contenido y la forma de comunicarlo. En esto si que tenemos que ser muy buenos. Sin embargo, penosamente he visto contenidos que erizan los pelos por sus desaciertos, motivados por el afán de tener presencia digital sin un sentido o propósito estratégico.
En resumen, es esencial mantenerse actualizado, estudiar el entorno, adaptarse a los cambios, desarrollar estrategias cada vez más creativas, generar contenidos interesantes y diferenciadores y hacer uso de forma integrada de las diferentes herramientas de comunicación para así, ganar diariamente la carrera que inicia cada mañana.
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